miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ad abolendam haereticam pravitatem






He caminado mucho hasta este día y siempre he llevado la luz a los rincones y sendas oscuras en las que el rebaño termina por perderse. He llevado esa luz muchas veces en forma de antorcha pues se ha de derrotar al Maligno en todas sus manifestaciones y siempre al más menor atisbo de sus acechanzas. Y contundentemente. Si algo he aprendido en todos estos años es que con Luzbel no se juega...
Parece que la labor prometida de exploración forense del Mal en todas sus facetas se ha demorado. Ciertos asuntos de entidad en un monasterio benedictino me tienen apartado de mi escritorio últimamente. Pero aquí estaré en unos días con todos ustedes... plantándole cara al Baphomet.

18 comentarios:

Mecacholo dijo...

Ansiamos el retorno de Su Ilustrísima a tan perentorias labores de limpieza del Mal.

No quisiera que mi renuncia a la tortura propia se interpretara también como indiferencia ante la impunidad del Mal. Puede contar usted con todo mi apoyo, Bernardo, para conseguir sus objetivos.

Obviaré los dignos fines de mis actos para, centrándome en los pecados de la traición, la innobleza, la falsedad y la maledicencia, abastecer a las voraces llamas de su hoguera con pecadores, infieles y zurdos para que expíen sus pecados cuanto antes.

Mi amor por el prójimo es sólo comparable al desprecio que siento por mi mismo, por lo que con mi condena buscaré la salvación ajena.

Bernardo Gui dijo...

Ciertamente le honran sus palabras. Desconozco si con anterioridad se ha empleado la figura del «confidente», propia de las series de detectives y policías, en los asuntos de la Santísima. De no ser así, ya iba siendo hora de utilizarla.
Bienvenido sea y que Dios se apiade de su pobre alma

Bernardo Gui dijo...

Digamos que es usted, a partir de ahora, un Familiar muy sui generis.

Mecacholo dijo...

Me siento honrado, pero sé que no le merezco. A sus pies.

Bernardo Gui dijo...

Levántese, joven, incorpórese, y deje ya de besarme el anillo que me lo va a oxidar...
[Bernardo, haciendo acopio de toda su bondad y su sentido del humor, consigue esbozar una torva y hueca sonrisa y hace mutis]

Mecacholo dijo...

Señor Bernardo, Señor Bernardo: hay un blog en el que ponen vídeos gorrinos.

australino dijo...

Imagino que los hermanos del monasterio le habrán preparado un refrigerio algo especial, y espero que lo disfrute. Pero, por favor, no celebren este día quemando a nadie en la hoguera, que son ustedes muy dados a esos y otros macabros divertimentos.

Lo curioso es que... yo tengo referencias del que tanto se mienta en este blog. Pero no hablo de ello.

Mecacholo dijo...

Señor Bernardo: no quisiera amargar las fastuosas celebraciones de tan celebérrima fecha con la voz de mi pecado, sino tan sólo para hacerle llegar mi inmerecida dicha por lo que, hace ya algunos años, supuso el principio del fin del imperio del Maligno. Beso sus pies en humillante actitud, pidiendo disculpas por mi atrevimiento. En actitud rastrera me despido.

Suyo, un vil pecador.

Mecacholo dijo...

Australino: en boca cerrada no entran moscas... :)

Bernardo Gui dijo...

Mi querido Mecacholo, parece que, a fin de cuentas, podremos salvar un ápice de su pobre y pecadora ánima. Va usted por el buen camino, el camino laaargo, duro y tortuoso, el camino difícil, empinado, el que se ha de seguir.

Mas Asutralino parece haber escogido la oscura senda que se interna en la espesura seductora del bosque, donde los faunos de desproporcionados sexos aguardan para folgar por la fuerza con los humanos. ¿Qué es eso de insinuar contactos con el Maligno o conocimiento de primera mano en asuntos tan comprometedores? Explíquese ahora mismo. O espere a que llame al brazo seglar y ejecutor de nuestra Organización, que quizá pueda ayudarle a recordar...

australino dijo...

Se trata de un conocido que hizo una afirmación que, por pillarme de sorpresa, me dejó patidifuso. Le pedí detalles y me aseguró su existencia con total aplomo y sin atisbo de duda: él mismo lo había presenciado. Yo, de lo que puedo dar fe, es de su seriedad.

Teniendo en cuenta que el 99,99 % de referencias nos vienen a través de pantallas o de escritos de otras personas, un testimonio directo y en primera persona, a mi juicio, vale mucho más.

Así que trabajo no le faltará.

Bernardo Gui dijo...

Hacéis bien en confesaros ante mí. No tengáis miedo, nada debéis temer pues el Señor está de vuestro lado. Nada os perjudicará si permanecéis aferrados al poderoso brazo de Dios Nuestro Señor. Encarecidamente os recomiendo la lectura de De los nombres de Cristo. Os reconfortará saberos protegido por su persona.
En efecto, el Maligno existe.

eulez dijo...

Confieso, señor inquisidor, que se personaje representa a un gran hijo de la gran puta satánica. Dicho esto, querría que actualizase un poco su blog, para que nos enseñe como purgar nuestras almas pecadoras.

Bernardo Gui dijo...

Si lo que desea con impaciencia usted, maese Eulez, es presenciar los interrogatorios y un Auto de Fe, le invito a que espere un poco, que pronto le iremos a hacer una visita...

Mecacholo dijo...

Sonrío con la mirada fija en el infinito y la boca medio entornada y babeante, ansioso ante tamaño espectáculo de sanación.

Nata Hernández dijo...

Su Ilustrísima, confieso que he cometido la mayor de las faltas, el más terrible pecado posible: he leído la contra del libro de Loureiro. Empero, dicho sea a mi favor, los designios del Supremo están muy por encima de la estulticia humana y una luz divina me socorrió en tan perverso y diabólico trance. Pronta y con el corazón henchido de fe en el Supremo, arroje el objeto del mal a las brasas para evitar la perversión de otro inocentes.

Bernardo Gui dijo...

Ay, ay, ay... ¡Alma de cántaro! ¿Pero no te das cuenta que ese libro está entre los que la Santa Iglesia ha catalogado como prohibidos? Nada de Lourieros ni Ken Follets ni nada por el estilo. Me temo que semejante pecado requiere la mayor de las contricciones, amén de realizar donaciones a esta nuestra Iglesia. Rézame 300 rosarios seguidos, invítame a comer y cenar varios días.

Mecacholo dijo...

Mosén Gui: se le echa de menos...